LA ÓPERA.
El nacimiento de la Ópera.
A final del siglo XVI, surgió en Florencia un grupo de humanistas interesados en resucitar la tragedia clásica griega. Trabajaban en la búsqueda de un modo de representar las palabras que fuera distinto de la polifonía, contra la que se rebelaban porque dificultaba la comprensión del texto. Estos humanistas afirmaban que un drama con música podía realizarse a la perfección declamando el texto con un acompañamiento instrumental, en un estilo que llamaron estilo recitativo.
Así, en un grupo que hoy conocemos como la Camerata Fiorentina, nació la melodía acompañada o monodía acompañada, base de una nueva e importantísima forma musical: la ópera.
Principios estructurales.
Fue en 1607, con el estreno en Mantua del "Orfeo" de Claudio Monteverdi, cuando la ópera encontró sus principios estructurales:
- Uso de la declamación dramática o recitativo, en el que los personajes desarrollan la acción, en ritmo libre y con acompañamiento instrumental de bajo continuo.
- Inclusión de pasajes melódicos o arias acompañadas con instrumentos, así como coros y pasajes orquestales intercalados, con objeto de dotar a la obra de variedad musical.
- Uso del bajo continuo como base musical del nuevo estilo, ejecutado al menos por dos instrumentos: un instrumento grave de cuerda (viola da gamba, laúd grande o tiorba u otros), que interpretaba la línea del bajo tal como lo escribía el compositor, y un instrumento de tecla (clave), que improvisaba armonías de acuerdo con sistema de cifras que se escribía sobre la partitura del bajo.
El centro operístico pasó pronto de Florencia a Venecia, donde en 1637 se abrió el primer teatro público, el de San Casiano. Allí trabajó hasta su muerte Monteverdi, componiendo obras espléndidas entre las que destaca la ópera LA CORONACIÓN DE POPEA.
La ópera saltó en seguida a Francia, donde Jean-Baptiste Lully la estructuró al gusto francés estableciendo la tragedia lírica, y a Inglaterra, donde Henry Purcell compuso una obra maestra, Dido y Eneas.
Ya en el paso del siglo XVII al XVIII, Nápoles se convirtió en el principal centro operístico, desarrollando la llamada ópera seria o napolitana, en la que se ponían en escena argumentos tomados del mundo clásico y la mitología, en un alternancia rígida de recitativo acompañados por el clave, y arias en las que se recrean los sentimientos de los personajes con música cantable acompañada por la orquesta.
Hola Sergio, tu entrada va tomando forma, pero aún debes mejorar el artículo. Debes asociar la ópera con la sociedad, el arte, la literatura.... otra faceta de la época y comparar sus características. Investiga quién iba a la ópera dónde se sentaban (si es que se sentaban), cómo iban vestidos, qué decorados utilizaban... en fin lo que te apetezca. Haz tu entrada un poco más interesante, el tema que has elegido da para mucho. ¡Suerte!
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